Qué métricas importan (y cuáles no) en marketing digital

En el vertiginoso mundo del marketing digital, los profesionales nos enfrentamos diariamente a una avalancha de datos. Google Analytics, redes sociales, plataformas de email marketing y herramientas de publicidad nos bombardean con cientos de métricas diferentes. Sin embargo, no todas estas cifras merecen nuestra atención ni impactan realmente en los resultados del negocio.

Después de años trabajando con empresas de diversos sectores, la agencia de marketing Leovel ha comprobado que muchos equipos de marketing se obsesionan con métricas vanidosas que inflan el ego pero no mueven la aguja donde realmente importa: en los ingresos y el crecimiento sostenible. Este artículo te ayudará a distinguir entre métricas valiosas y aquellas que solo generan ruido.

Las métricas que realmente importan

1. Retorno de la inversión publicitaria (ROAS)

El ROAS es el rey indiscutible de las métricas de marketing digital cuando trabajas con presupuestos publicitarios. Esta métrica te indica cuántos euros generas por cada euro invertido en publicidad. Un ROAS de 4:1 significa que por cada euro gastado, obtienes cuatro euros de retorno.

¿Por qué es fundamental? Porque conecta directamente tu inversión en marketing con los ingresos reales. No importa cuántos likes o impresiones consigas si tu ROAS es negativo. Esta métrica te permite optimizar campañas, reasignar presupuesto a canales rentables y justificar inversiones futuras con datos concretos.

Para calcularlo correctamente, divide los ingresos generados por una campaña entre el coste total de la misma. Recuerda incluir todos los costes: plataforma publicitaria, herramientas, diseño creativo y tiempo del equipo.

2. Coste de adquisición de cliente (CAC)

El CAC responde a una pregunta crítica: ¿cuánto me cuesta conseguir un nuevo cliente? Esta métrica va más allá de la publicidad y considera todos los gastos de marketing y ventas.

Calcula tu CAC dividiendo todos los gastos de marketing y ventas en un período entre el número de nuevos clientes adquiridos en ese mismo período. Si gastaste 10.000 euros en un mes y conseguiste 50 clientes nuevos, tu CAC es de 200 euros.

La magia del CAC ocurre cuando lo comparas con el valor del tiempo de vida del cliente (LTV). Si tu LTV es tres veces superior a tu CAC, estás en terreno saludable. Si tu CAC se acerca o supera tu LTV, tienes un problema serio de rentabilidad que ninguna métrica vanidosa podrá ocultar.

3. Tasa de conversión

La tasa de conversión mide el porcentaje de usuarios que completan una acción deseada: comprar, suscribirse, descargar, registrarse. Es una métrica versátil que puedes aplicar a diferentes niveles del embudo de ventas.

Lo valioso de esta métrica es que te permite identificar puntos de fricción en tu estrategia. Una tasa de conversión baja en la landing page indica problemas con tu propuesta de valor, diseño o relevancia. Una buena tasa de conversión en landing pero mala en checkout sugiere problemas en el proceso de compra.

Benchmark: las tasas de conversión varían enormemente por industria, pero en e-commerce, una tasa entre 2-3% se considera aceptable, mientras que 5% o más es excelente. En B2B, las conversiones suelen ser menores pero el valor por cliente es significativamente mayor.

4. Valor del tiempo de vida del cliente (LTV o CLV)

El LTV predice cuánto dinero generará un cliente durante toda su relación con tu empresa. Esta métrica transforma tu perspectiva del marketing de transaccional a relacional.

Un cliente que compra una vez por 50 euros tiene menos valor que uno que compra cinco veces ese año por 40 euros cada vez. El segundo genera 200 euros de LTV frente a los 50 del primero. Entender esto cambia radicalmente tus decisiones de inversión en marketing.

Calcula el LTV multiplicando el valor promedio de compra por la frecuencia de compra anual y por los años promedio de relación con el cliente. Si tu LTV es alto, puedes permitirte un CAC más elevado y competir más agresivamente por adquirir clientes.

5. Tráfico orgánico cualificado

No todo el tráfico es igual. Un millón de visitas irrelevantes vale menos que mil visitas altamente cualificadas. El tráfico orgánico de calidad proviene de personas que buscan activamente soluciones que ofreces.

Mide no solo la cantidad de visitas orgánicas, sino su calidad: tiempo en página, páginas por sesión, tasa de rebote y, crucialmente, conversiones. Un incremento en tráfico orgánico que convierte bien indica que tu SEO está atrayendo a la audiencia correcta.

Esta métrica es especialmente valiosa porque representa tráfico «gratuito» (aunque requiere inversión en contenido y optimización). A diferencia del tráfico pagado, el orgánico tiende a ser más estable y sostenible a largo plazo.

6. Tasa de retención y churn

Adquirir un cliente nuevo cuesta entre cinco y siete veces más que retener uno existente. La tasa de retención mide qué porcentaje de clientes continúa contigo período tras período, mientras que el churn rate indica qué porcentaje te abandona.

En modelos de suscripción, estas métricas son literalmente vitales. Un churn mensual del 5% significa que pierdes más de la mitad de tus clientes en un año. Ninguna estrategia de adquisición puede compensar indefinidamente una hemorragia constante de clientes.

Reduce el churn mejorando la experiencia del cliente, el producto y la comunicación. Cada punto porcentual de reducción en churn impacta directamente en tu crecimiento y rentabilidad.

7. Engagement rate en redes sociales (con matices)

El engagement rate mide la interacción real con tu contenido: comentarios, compartidos, guardados. A diferencia de métricas superficiales como seguidores o impresiones, el engagement indica que tu contenido resuena con tu audiencia.

Sin embargo, aquí viene el matiz importante: el engagement solo importa si se alinea con objetivos de negocio. Un post viral con millones de likes no vale nada si no atrae al público objetivo ni genera oportunidades de venta. Mide el engagement, pero siempre conectándolo con métricas de conversión o tráfico cualificado hacia tu sitio web.

Las métricas vanidosas que deberías ignorar

1. Número total de seguidores

Tener 100.000 seguidores suena impresionante, pero ¿cuántos de ellos son reales, están activos y pertenecen a tu público objetivo? He visto cuentas con 10.000 seguidores generar más ventas que otras con 200.000.

Los seguidores comprados, bots y cuentas inactivas inflan esta métrica sin aportar ningún valor. Peor aún, una audiencia grande pero no comprometida reduce tu alcance orgánico en plataformas como Instagram o Facebook debido a sus algoritmos.

Enfócate en construir una comunidad pequeña pero leal en lugar de perseguir números grandes. Mil seguidores comprometidos que compran valen infinitamente más que cien mil que nunca interactúan.

2. Impresiones y alcance sin contexto

Las impresiones miden cuántas veces se mostró tu contenido. El alcance indica a cuántas personas únicas se mostró. Ambas son métricas de visibilidad, pero no de impacto.

Puedes tener millones de impresiones y cero conversiones. Las impresiones no te dicen si alguien realmente prestó atención, si el contenido era relevante o si generó alguna acción. Son útiles para medir la parte superior del embudo, pero nunca deberían ser tu métrica principal de éxito.

Usa impresiones y alcance como indicadores complementarios, pero siempre junto con métricas de engagement, clics y conversiones que demuestren impacto real.

3. Tasa de apertura de email (cada vez menos confiable)

Con las políticas de privacidad de Apple Mail y otros proveedores, la tasa de apertura de emails se ha vuelto cada vez menos precisa. Muchas aperturas se registran automáticamente sin que el usuario realmente haya leído el email.

Aunque todavía puede darte indicaciones generales, no la uses como métrica principal para evaluar tus campañas de email. En su lugar, enfócate en la tasa de clics (CTR), conversiones y, lo más importante, los ingresos generados por tus campañas.

4. Tiempo en página sin considerar el objetivo

Ver que los usuarios pasan cinco minutos en tu página suena fantástico, ¿verdad? No necesariamente. Si esa página es una landing page de conversión con un formulario simple, cinco minutos podrían indicar confusión, no interés.

El tiempo en página debe interpretarse según el contexto y el objetivo de la página. En un artículo de blog largo, más tiempo es positivo. En una página de checkout, más tiempo puede señalar problemas de usabilidad.

5. Tráfico total sin segmentar

Ver que tu tráfico web aumentó un 200% parece un logro monumental. Pero si ese tráfico proviene de países donde no vendes, de bots, o de términos de búsqueda irrelevantes, ese crecimiento es humo.

Siempre segmenta y analiza tu tráfico por fuente, geografía, dispositivo y comportamiento. Prefiere mil visitas cualificadas que conviertan al 3% sobre diez mil visitas irrelevantes que conviertan al 0.1%.

Cómo construir tu dashboard de métricas esenciales

Un dashboard efectivo no debería incluir más de 5-7 métricas principales. Demasiados datos paralizan la toma de decisiones. Aquí te propongo un marco básico:

Para e-commerce:

  • ROAS por canal
  • Tasa de conversión general y por fuente de tráfico
  • CAC vs LTV
  • Tasa de abandono del carrito
  • Ingresos totales y por canal

Para SaaS o servicios de suscripción:

  • MRR (Monthly Recurring Revenue)
  • CAC vs LTV
  • Churn rate
  • Tasa de conversión de trial a pago
  • Net Promoter Score (NPS)

Para generación de leads B2B:

  • Coste por lead cualificado (CPL)
  • Tasa de conversión de lead a oportunidad
  • Tasa de cierre de ventas
  • Ciclo de venta promedio
  • ROI de marketing

Personaliza estos dashboards según tu modelo de negocio y revísalos semanalmente. La consistencia en el análisis permite identificar tendencias y problemas antes de que se agraven.

Conclusión: De los datos a las decisiones

Las métricas solo tienen valor cuando impulsan decisiones y acciones concretas. Un marketero experto no es quien maneja más datos, sino quien identifica los indicadores críticos que realmente mueven el negocio hacia adelante.

Mi recomendación final: audita tus métricas actuales. Pregúntate para cada una: «¿Esta cifra me ayuda a tomar mejores decisiones? ¿Se conecta directamente con resultados de negocio?» Si la respuesta es no, elimínala de tu dashboard principal.

Concéntrate en métricas accionables, relevantes y que demuestren impacto real. Tu tiempo es limitado y valioso. Inviértelo analizando lo que realmente importa y verás cómo tus resultados mejoran significativamente.

El marketing digital exitoso no se trata de impresionar con grandes números, sino de generar crecimiento sostenible y rentable. Las métricas correctas son tu brújula en ese viaje.